Ruta del Perezoso
Caribe colombiano

La Madrina de los Cangrejos
Como una fuente principal de proteína, el cangrejo de tierra azul era consumido hace décadas de forma habitual por las comunidades locales. A día de hoy, debido al crecimiento de la población de la misma y a la disminución del territorio del cangrejo, la población del cangrejo azul se ha visto diezmada hasta el punto de encontrarse calificada como una especie en peligro de extinción. Aquí, en las cercanías del río Necoclí, la densidad de población del cangrejo es muy superior a la de sus territorios colindantes.
El cangrejo de tierra azul se sigue vendiendo como un plato jugoso y buscado por los locales, existiendo establecimientos que viven solo de la venta de este plato, así como llevan haciéndolo desde años anteriores. Su alto precio en temporada hace que se vea a jóvenes portando grandes sacos llenos de cangrejos, cuyo contenido incluye gran número de hembras que cargan sus huevos debido a su mayor valor en el mercado. Gracias a labores de CORPURABÁ se comenzaron a impartir lecciones de educación ambiental y concienciación ciudadana de la situación del cangrejo en colegios y centros sociales. Sin embargo, las extensivas colectas se siguen sucediendo año tras año.
“Yo quemo las trampas y les hecho de mi terreno cuando se cuelan a la noche a capturarlos”, cuenta Carmenza, una Antioqueña que lleva ya 15 años protegiendo al cangrejo de tierra azul. Hace década y media creó Rayuela, una reserva natural destinada a la protección de esta especie al norte del municipio de Necoclí, al oriente del Golfo de Urabá. Tanto ella como sus hijos tomaron la decisión de dejar de comer cangrejo y comenzar a proteger a esta valiosa y peculiar especie.
Carmenza creó hace 8 años con ayuda de su familia el Eco-Hostal Tiki Lounge, un agradable lugar de descanso que ayuda a mantener Rayuela y que combina con labores de agricultura en sus 5 hectáreas de terreno. “A los cangrejos no les gustan las pisadas humanas, por ello intentamos entrar lo mínimo posible y no queremos abrir caminos al público, sería muy perjudicial para ellos”. Separándose un poco de las cabañas e instalaciones de Tiki Lounge es fácil ver los característicos agujeros en el suelo, madriguera del cangrejo azul de tierra. Éstos huyen rápido al sentir las pisadas sobre la tierra, pero si uno camina despacio es posible distinguir su azul brillante a pocos metros de distancia, dejándose observar durante un tiempo para luego esconderse en segundos si uno intenta aproximarse. Es posible observar a las hembras transportando los huevos, y distinguir los machos por la diferencia de tamaño entre su pinza derecha e izquierda.
La mayor preocupación de Carmenza es que las labores de conservación puedan extenderse en el tiempo, y no desaparezcan cuando ella tenga que marchar. “Que cualquiera compre este terreno y lo convierta en un hotel, un cultivo extensivo, o cualquier cosa, y el cangrejo desaparezca”. El objetivo a corto plazo es conseguir apoyo legal para la postergación de la situación del territorio de Rayuela.
Mientras tanto, ella y su familia siguen protegiendo este reducto donde estos pequeños herbívoros de azul armadura pueden caminar a sus anchas sin demasiado temor a ser capturados.